Detrás de esa manada, muchas manadas sembrando bochorno a lo largo de la historia, por eso quizás recuperar al humano con autodominio y superior aspiración, al humano que trata de controlar sus impulsos y mirar a la cumbre de su realización. A la justicia le atañe frenar la violencia y el abuso machista, pero a nosotros/as seguramente repensar esa sexualidad banal y frÃvola, de acelerado y vulgar consumo que se prodiga como modelo. En algún recodo de la historia, en alguna esquina en fiestas con fondo de cohetes y duro rock and roll, despedir sin nostalgia al animal que nos acompaña y lastra. La evolución no ha de ser en balde. Si ayer manada, hoy ya toca comunión de seres libremente unidos, hombres y mujeres conscientes, por supuesto respetuosos, sobre todo resueltos a rehacerse a sà mismos, a rehacer esta sociedad. “No es noâ€, pero ni siquiera sea preciso decir que no, porque un sexo excelso vendrá derrumbados de cariño, como culminación del idilio, como cumbre del compromiso, como exaltación del amor. La Ley del libre albedrÃo arranca por supuesto en la esfera más Ãntima. El consentimiento es imprescindible a la hora de entregar algo tan sagrado como es la epidermis. Quien se lo salta merece todo el peso de la justicia de abajo y de Arriba. “No es noâ€, hay que salir de esos tristes portales donde se impone la ley del más bruto, pero igual hay que salir también del San FermÃn alocado, de la sociedad materialista que genera tanto desequilibrio, del paradigma hedonista y desnortado ya agotado. Quede atrás el deambuleo a cuatro patas, el apetito sin rienda, el copular sin permiso de ella. Los gregarismos ahogan al ser. No trote una humana manada desbocada en ningún coso. Toca sumar a partir de algo más elevado y emancipador que la entrepierna. “No es noâ€, el triste, el condenable episodio que llena estos dÃas los medios de comunicación, sirva, más allá de colocar a los agresores en el lugar que la justicia dictamine, para reflexionar entre todos/as seriamente sobre nuestra sociedad aún tan violenta y el modelo de relaciones que fomenta, sobre el tipo de fiestas en las que a menudo nos solazamos y el sexo bronco, apresurado que con demasiada frecuencia culmina el desenfreno. ¿Y si a la postre toda relación sexual era trascendente, sagrada? Nada de esto se enseña en las escuelas junto a los logaritmos y los verbos irregulares en inglés. ¿Y si después de todo, esa energÃa que nos habÃa dado Dios, no era para derrocharla, sino para que alumbráramos nueva vida? ¿Y si se trataba igualmente de transmutarla y de esa forma abandonar manada, evolucionar, alcanzar nuestras más elevadas metas de realización espiritual…? |
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