Es la ternura la que vence a la postre todos los abismos. DeberÃamos aprender a confiar más en ella, en este caso ante el abismo del pudor o la vergüenza. ¿Por qué le asustaba tanto ese reencuentro? Vuelve a ver esos pechos ancianos que le dieron vida, que le proporcionaron su primer alimento. Se vuelve e reencontrar con ellos después de décadas. Ya se han caÃdo, ya han sobradamente cumplido. Territorio sagrado donde los haya, arruga honorable, momento dichoso al fin y al cabo… Desnudaros cada vez que tenemos necesidad y en nuestro desnudo ofrecer una posibilidad de asistencia y de servicio y asà cerrar el cÃrculo. Pasar la esponja al cuerpo que le dio vida y asà intentar cerrar compromiso con la misma ternura. Si todos los cÃrculos son cerrados con ternura, estaremos habitando una nueva Tierra más tierna y amable. Esponjas para nuestra manos amnésicas, olvidadizas; esponjas para expresar cariños antiguos, para deslizar una espuma necesaria, un jabón bien perfumado. La que acarició y nutrió ahora ha de ser acariciada y nutrida. Dar primero y recibir después. Participar de los ciclos para ser con el Ciclo grande de la Vida, para sumarnos a Su Plan. ¿Qué letras aventar, qué letras esconder? Pensó al comienzo que éstas iban derechas al cajón..., ¿pero por qué guardarlas? Sólo fue abrir un grifo de cariño y agua tibia... ¿Por qué ocultarlas si pueden ayudar a otros en el mismo trance?, ¿por qué esconderlas si contribuyen a mirar la anciana, la honorable piel con renovada pupila? |
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