He paseado muchas noches el barrio de Malasaña en dirección a la casa de mi amigo, noches densas, provocadoras, siempre dispuestas a atraparnos, a seducirnos con sus más engañosos guiños. En medio de esos seductores crepúsculos, en medio de esas luces lunares y sus fatales reclamos, he constatado el valor y el mérito de un centro de Luz como el de Dharana, a escasos metros de la Gran VÃa. En Malasaña habÃa mil y un bares, pubs, locales de alterne y otros lupanares, pero quizás sólo un espacio de Luz y para la Luz… Contemplar más a lo largo, latir más al unÃsono, respirar más acompasados, reclama la inmensa Esperanza que encarna este momento. Ganar en corresponsabilidad es ganar un poco todos, es progreso del Afán colectivo. La marca es pasajera, la forma es circunstancial. Resta desapego de nuestras propias etiquetas, nos falta más amparo de otras etiquetas que también son las nuestras. Nos falta crecer en conciencia grupal. Hay Plan, hay un Trabajo, hay infinidad de plasmaciones de esa Trama Divina, de concreción de esa Tarea colectiva, planetaria. Todos los espacios de luz son nuestros espacios, son dignos de nuestro apoyo, merecen nuestro sostén, nuestro cuidado. Con las primeras luces del Futuro escribimos un letrero en el que caben todos los letreros. Todos rotulamos para la misma Aurora. Nunca fue tan ancha y poderosa la conspiración de la Luz. Deberemos ampararla en todas sus expresiones, no importa el nombre que se lea en la entrada, no importa quien levante, con músculo de acero, a las nueve de la mañana la pintarrajeada persiana . |
|
|
|