Queridas alianzas: Paz, Fuerza y Gozo a pie de fin de semana. No me resisto a escribir unas últimas lÃneas al respecto de la Constitución europea que los ciudadanos del Estado español refrendamos el domingo. No percibo entusiasmo en apoyar este Tratado entre los servidores del mundo de nuestra penÃnsula. Buenos amigos en la Tarea la rechazan y se esfuerzan en contra de ella. Dos breves palabras aceleradas antes de salir de viaje, dos breves ideas para animar a los indecisos, para ensayar arrojo de luz en medio de la duda. Si esta fuera la Constitución de nuestros sueños estarÃamos ya bien cerca del ParaÃso, pero esta es la Constitución que hemos logrado alcanzar y consensuar. No nos quepa la menor duda de que este Tratado está en el Plan, en la Trama Divina en la Conspiración Universal del Amor. Todo aquello que une, que integra, que acerca que vincula, que conexiona, que comunica... es parte de la Obra y nosotros somos sus valedores aquà en la Tierra. Es importante no olvidar que vinimos a este mundo precisamente para trabajar en la superación del paradigma de la división y la confrontación . No ha habido en esta era una Constitución en nuestro planeta que haya vinculado a casi 500 millones de habitantes. Con todos sus defectos e insuficiencias es digna de ser celebrada. No es la meta , pero es un gran paso. El Plan es gradual, paulatino, exige paciencia, exige comprensión... Tomemos conciencia del ritmo necesario para consolidar avances irreversibles. El alba no nos sorprende de repente, no rompe la flor en su alarde de color y perfume en unos segundos, no calla de una el frÃo del invierno que precede a la primavera. No pretendamos que la fraternidad humana, la paz, la justicia, la armonÃa excelsa... encarnen de un dÃa para otro. Apoyar la Constitución no es en absoluto apoyar polÃticas partidistas. Se trata de reconocer el esfuerzo de tantos seres , de tantas generaciones para que esta Unión Europea fuera un dÃa, se trata de responder a la esperanza que un Continente Unido suscita a lo largo del mundo... Se trata de ver con la mirada paciente de quienes , allà arriba, vigilan nuestra andadura eterna. Se trata de observar con los ojos de la JerarquÃa que nos ha monitoreado desde que nuestra columna se enderezó, nos ha acompañado desde que nos despedazábamos los unos a los otros, allá entonces cuando el único tratado que existÃa era el de la tribu salvaje, enemiga de todas las demás tribus... No nos quepa la menor duda de que el Cielo se viste de gloria cuando lo humanos sellan Tratados de unión , por defectuosos que estos nos puedan parecer. No nos quepa la menor duda de que suenan las trompetas allà arriba cuando ese Tratado es además el más amplio jamás alcanzado, cuando incluso recoge muchos de aspectos de notable progreso. Pueden estar, hoy por hoy, los mercaderes también en medio de todo este empeño unificador, pero no nos quepa tampoco duda de que las riendas las irán perdiendo, de que la iniciativa la iremos tomando cuantos apostamos por los principios universales y eternos del cooperar y el compartir. Ni siquiera hay que combatir a los agentes de la usura y la injusticia que también globalizan sus aspiraciones, los iremos ganando para la Causa con la fuerza de nuestras razones y corazones, con la fuerza que a cada instante el Cielo nos imbuye. Acabo estas lÃneas apresuradas. Tomemos conciencia del Plan, de que el Tratado que el domingo votaremos, forma parte de él. Tomemos responsabilidad como agentes de unidad que por encima de todo somos. El Plan es ritmo, conciencia que avanza con lentitud, pero no podemos perder la fe y la esperanza de que estamos siendo aquà y ahora asistidos, de que estamos siendo alentados en todo momento... Apoyemos los servidores del mundo esta Constitución, este avance considerable hacia el Uno entre los humanos, hacia el Uno con el Cielo. Nunca nos arrepentiremos de haber sido agentes de sÃntesis, constructores de un mundo más fraterno. Volquemos para adentro, hable sólo el EspÃritu antes de acercarnos a las cajas de cristal el próximo 20 de Febrero. Sea la Visión entre todos aquellos consagrados al Plan Superior. Fuerte abrazo herman@s. |
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