La rebeldÃa ha de buscar siempre un norte superior, una causa noble, hay que llevarla siempre a su más elevada expresión. De lo contrario su fuerza descontrolada puede resultar arrasadora. No conviene rebelarse frente a la Fuente de la Vida, es por ello que el suicidio no puede constituir un acto de encomiable protesta. Es un acto siempre a respetar, pues por encima de todo está la ley del libre albedrÃo, pero no es un acto a ensalzar. Cada quien hace de su vida fÃsica lo que quiere. Por delante la libertad, pero estamos aquà para intentar proporcionar más clara visión, para evitar que esos botes de mortal quÃmica se sigan vaciando, las primaveras agotando y la vida absurdamente cercenando. Estamos aquà para que la luminosa rebeldÃa se siga sosteniendo. Oksana Shachko, una de las tres cofundadoras del movimiento Femen, se ha suicidado en su apartamento en ParÃs. Shachko tenÃa 31 años y era uno de los rostros más conocidos de la organización por haber participado en las movilizaciones desde el principio. Su cuerpo sin vida ha sido hallado el pasado 23 de Julio en su apartamento de ParÃs. Pueda la activista de origen ucraniano, encontrar la merecida paz en la que sobren la sorpresa del desnudo y el puño de la ira. Acusaba, no sin su parte de razón, de que la religión proporciona a las mujeres una mala imagen de obediencia, pero ella pasó a engrosar la feligresÃa de la nada, la parroquia de la desesperanza. Afirmaban que sus senos eran sus armas, pero esas armas no se manifestaron suficientes ante su propio hastÃo, no se mostraron eficaces para defender lo más preciado, su propia vida fÃsica. ¿Quién se ha tragado esa vida joven, bella, prometedora? Seguramente la ignorancia, la madre de todos los males. Tristeza de primavera truncada, de rebeldÃa desabrida, de razón de ser que no desembarca a tiempo, por lo menos antes que la quÃmica. El suicidio no es un acto de última y postrera rebeldÃa. Entre otras cosas porque la rebeldÃa, la firmeza ante un injusto orden aún imperante no debe ceder. Está llamada a trasmitirse de generación en generación hasta que alboreen unas nuevas relaciones humanas , un orden más justo. La causa de la Vida, siempre reclamará Vida, jamás la muerte. Ninguna revolución que se precie puede exigir el sacrificio de una primavera de 31 años. Si a algo sirve aún la revolución es precisamente a la primavera. |
|
|
|