Humano, como todos, con sus fallos inevitable, pero grande, integro, siempre positivo, hasta hoy a la tarde mismo en la hora triste del relevo. La conciencia norteamericana media no daba para más, él representaba su más alta cota y fue un grave error su bombardeo. Una inercia de "a la contra", del disparo indiscriminado a todo lo que se mueve por arriba, sigue incrustada en nuestro ADN colectivo. El antiamericanismo de carnet, sin revisión alguna en cuarenta años, es otra suerte de infantilismo agudo que habrÃa que vacunar ahora junto a la gripe. Nunca hemos escrito para ganar “me gustaâ€. Lo hemos hecho siempre de arreglo a conciencia. No nos arrepentimos de ninguna de las miles de palabras que durante ocho años vertimos en su apoyo. SabÃamos de la noche agazapada, de la noche que ahora ha saltado y apoderado de la nación más poderosa. Ninguna lágrima de cocodrilo ahora, más generosidad en la próxima champa, cuando la ola del progreso vuelva a empujar a hombres y mujeres de buena voluntad a los más altos despachos del poder planetario. |
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