Bienvenidos pues los nuevos aires, las nuevas formas y protocolos. Los nuevos gestos pueden ser más o menos apropiados, más o menos oportunos y ubicados, pero no vienen de vacÃo, se acercan con una clara voluntad de regeneración de la vida polÃtica. En esa medida no podemos sino saludarlos. Ya por de pronto disminuye la flota de coches oficiales, las primas y dietas de sus señorÃas, ya por de pronto una importante ola de regeneración polÃtica sacude toda la penÃnsula... El “establismenth†llama folklore a lo que bien podrÃa verse como primavera, primavera con sus lluvias y chubascos, con sus errores y carga de imprudencia. Pese a esa primavera a veces tan inconsciente, es un privilegio estar aquà y ahora en este momento que tanto anhelábamos y en que el tanto está mutando. Nos hablan de la necesidad de un gran pacto por la estabilidad, pero algo por dentro nos susurra que esa estabilidad, ese atar todo para que apenas nada cambie, podrÃa acabar con esa primavera que a su ritmo, a su forma, con sus aciertos y fallos estamos empezando a vivir. Nos asustan esos pactos entre lo que denominan “las grandes formaciones†para que todo o casi todo siga de la misma manera. La vida es constante transformación, pese al lastre de las fuerzas conservadoras. Un gran pacto polÃtico entre PP, Ciudadanos y otra fuerza serÃa casi sinónimo de inmovilismo y sin embargo buena parte de la sociedad española ha puesto a andar sus sueños. QuerÃamos otro mundo, no sólo querÃamos un mundo libre de corrupción. No basta que nadie meta la mano en la caja común. Para esa estación tan cercana no hacÃan falta tantas alforjas. QuerÃamos otro mundo y por ello el relevo polÃtico se hace tan deseable. QuerÃamos un nuevo gobierno de progreso entregado a las reformas pendientes. El control de los medios de comunicación públicos, la utilización del poder judicial para fines partidistas, la polÃtica penitenciaria como arma de revancha, el “no†como exclusiva respuesta a las demandas del legÃtimo Parlament, la escasa sensibilidad con lo ecológico y alternativo…, han de quedar definitivamente atrás con el nuevo gobierno. La Venezuela de Maduro jamás estará en nuestro GPS colectivo, pero entre el chavismo absolutista y la España “modernaâ€, privada de creatividad, osadÃa y mermada de corazón, pulsan las fuerzas que apuestan por el otro mundo posible, amable, verde y solidario. Estamos hablando de un mundo responsable, sostenible en el que haya un sitio para todos, en el que preponderen los valores de compartir y colaborar. Estamos hablando de cuidado de nuestra Tierra, de oferta pública de salud alternativa, de educación con alma. Creemos en las energÃas blandas y nobles, creemos en las puertas abiertas al hermano que huye de las bombas. Creemos en un mundo más igualitario y armonizado; creemos en una comunión forjada a partir de libre voluntad de las partes, no en una España de unidad impuesta. Que se unan las fuerzas del progreso, las fuerzas de la periferia, las mareas de todas las costas y sueños y que en el ensayo de la nueva sociedad, yerren lo menos posible. Que en su imprescindible labor didáctica sepan ganar con tacto, elegancia y paciencia también a las fuerzas que aún se manifiestan reacias a las necesarias transformaciones. Que un importante grado de consenso, incluso con quienes tratan de detener la historia, pueda ser también, más pronto que tarde, realidad entre nosotros. |
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