La fraternidad no es sólo un sueño de mÃsticos, para eso están las lonas, los toldos, las anchas tiendas... Para intentarla montamos No sabemos si alcanzamos esa fraternidad de altura. Quizás algo de ella acariciamos pues cantamos mucho, reÃmos otro tanto. Y en los cÃrculos se abrieron los corazones y en las veladas un crear adormecido. Nos sinceramos y comprendimos un poco más, mujeres y hombres, adultos y jóvenes... La fuerza de la montaña, la fuerza del grupo, la sobredosis de grano y legumbre…, no sabemos lo qué fue, el caso es que nadie querÃa marchar, el caso es que quienes se iban, aparecÃan de nuevo un amanecer apretando sus manos en el cÃrculo… No sabemos lo que fue, el caso es que se tejieron lazos y queremos seguir caminando juntos/as hasta ese Campamento que nunca se acaba, hasta esos toldos que nunca se arrÃan, hasta esa Hermandad que nunca caduca… No sabemos lo que fue, el caso es que dolÃa dentro cada compañero/a que anunciaba en el cÃrculo de la noche su partida. Lo de Allà Arriba, quizás sea algo de eso, de esos cÃrculos que nunca se cierran, de un compartir que nunca cede. Lo de Allà Arriba, quizás sea algo de eso con un sol menos implacable, con unas fuentes que nunca se secan, con unas cumbres que no derrotan… Quizás Allà Arriba también toquen caracola a las 6’30 de la mañana y tiriten en la oración matutina… Quizás también Arriba duermen en cÃrculo bajo las estrellas mientras que alguien cuenta un cuento hasta desaparecer las estrellas y acercarse el alba. Quizás quieran fichar a Kepa- Puri para que les lleven sin despiste alguno a sus soberbias alturas…, a la Trini para que les enseñe incansables concheras, a la Selene, a la Victoria, a la Carmen… para que nunca calle la danza. Quizás tengan que subir Guan y MarÃa para sembrarles laberintos de piedras y piñas de colores, quizás Iris, MarÃa de Palma y su banda de pequeños clowns, si escasean narices rojas… En la hora de la siesta, Sebas rasga una guitarra rodeado de pequeños, invoca a Alguien que “ha venido a la Orilla†y que quiere Le sigamos… ¿Será Él mismo que nos arrejuntaba en los interminables abrazos colectivos de la mañana, Él/La que mantuvo encendida esa llama de fraterno amor entre las más de ciento treinta personas que acudieron a Pirinea…? Volveremos, si Dios quiere, a Belagua el próximo verano. Ir preparando los labios para los nuevos cantos, las piernas para las nuevas alturas, los cuentos para las nuevas veladas bajo las estrellas… La cita también en Asolaze en Agosto del próximo año, el Cielo siempre por delante. |
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