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CUANDO “PINCHAMOS”...

Errar es inherente a nuestra condición humana. Lo que importa es la voluntad de reparar en ello, levantarnos, intentar superarnos. "Pinchar", meter la pata hasta el fondo, puede servir para dos fundamentales cuestiones. La primera para intentar hacerlo mejor la próxima vez, en algún caso como el de quien suscribe sin tanta prisa, sin tanto atropello, sin intentar abarcar tanto de forma que sea mucho más fácil “pinchar”. La segunda para aguzar nuestra compasión, tomar conciencia de que lo mismo que yo he errado hoy, mañana errará mi hermano y habré de aguzar el sentido de la comprensión.

“Errare humanum est, sed perseverare diabolicum” (Séneca) Ayer pinché hasta el fondo y hoy me he dado cuenta. No "perseveraré", todo lo contrario, pues no quiero toparme con mis propios y alarmantes cuernos y tridente. A veces sin darnos cuenta, podemos dejar de ser embajadores de luz, de armonía y unidad, que es a lo que nos debemos. Las quejas se agolpaban hoy de mañana en mi bandeja de entrada. He de enviar menos y mejor. No puedes borrar lo que ya has colocado en la pantalla y la mente del otro.

Todos estamos inmersos en esta apuesta evolutiva por nombre vida. Si lo hiciéramos perfecto, nuestra alma no necesitaría revestirse de vehículo físico y bajar a la Tierra. Prima pues albergar comprensión para nosotros mismos, comprensión para con el prójimo. El mañana cargará con la enseñanza que nos ha propiciado el error de hoy. El mañana será más maduro, consciente, por ende luminoso. No alberguemos duda alguna.

Artaza 28 de Junio de 2022

 
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