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NOS FALTA CORAZÓN

Sea cual sea el carnet que lleve en su bolsillo, una mujer rota más que objeto de ataque, debiera ser sagrada en su vulnerabilidad. Cuando está rendida, no debiera prestarse al juicio ni a la victoria ajena, sino al silencio. Su vulnerabilidad no es grieta por donde entrar, sino lugar donde detenerse.

Cuando alguien está quebrado deja de pertenecer al territorio del debate. Quien no sabe detenerse ante su fragilidad, aún no ha comprendido qué significa lo sagrado. Gabriel Rufián debió postrarse ante la mujer descompuesta, nunca disparar como lo hizo. La rendición de la ex-consejera valenciana Salomé Pradas pudo ser umbral de un encuentro humano y hermoso, no un espectáculo de insensibilidad, un ritual de humillación.

La izquierda también puede ser cruel, no sólo con los Gulags y las Revoluciones culturales chinas, con los Maduros y Ortegas, sino incluso con nuestros propios y populares diputados en el Congreso. Yerra el portavoz de Esquerra Republicana. La izquierda incluso la histórica y republicana puede faltar al mínimo respeto que se merece una responsable política destrozada.

Progreso es empatía con el dolor ajeno independientemente de la ideología de quien lo padece. La política valenciana ya había pagado su factura por lo ocurrido tras la Dana. Sobraba ese carnaval de desprecio, esa feria de escarnio, ese llevarle la cuerdita con la que se intentó salvar la niña ahogada. Arrancar gratuitamente lágrimas de dolor ajenas nunca, nunca será política de progreso. Política de progreso siempre será empatía por supuesto con las víctimas, pero también con quien no acierta o se equivoca y pide disculpas.

“Pido disculpas por no haber podido hacer más y es algo que llevaré toda mi vidaâ€, declaró la polémica exconsejera. Terminar de derrotar y poner al borde del llanto a esta mujer en su hora más baja, dice poco de quien así actúa. Descansen en paz los ahogados, pero también los que sobrevivieron a la tromba. Ya han abandonado sus despachos, ya sería momento de abandonar también la persecución de quienes no supieron o lograron hacerlo mejor. “Le pido que retire que me falta corazón†solicitó Pradas a Rufián. Nos unimos a la súplica. No podemos ir por ahí privándonos de humanidad, arrancándonos los corazones los unos a los otros.

Poco nos une a la ideología del Partido Popular, menos aún en esta hora de acoso y derribo de los socialistas, pero los valores humanos han de primar por encima de todo. Falta corazón en las bancadas del Congreso, seguramente también en la ciudadanía que ahí les colocamos. Compasión antes que ideología, misericordia antes que trinchera. La furia del agua es inevitable, no así la desbordada agresividad humana. Los muertos por la Dana no podrán volver, sin embargo sí debiera retornar la amabilidad, la cordura y la humanidad a la escena política española.

Irá desdibujándose el ya carcomido mapa de izquierdas y derechas. Emergerá uno nuevo sin frontera, ni barricada. Mañana nos valdremos de la cartografía inequívoca del corazón y sus valores. Nos referimos al "maps" de los principios, no de los colores políticos. Consideraremos prioritario el cuidado del otro, la solidaridad, la mutua ayuda. Por supuesto en el centro de sus coordenadas el cuidado de la Tierra nuestra madre, la que lanza de vez en cuando sus aguas a inundar nuestras geografías, sobre todo a probarnos.

Galicia 16 de diciembre de 2025

 
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