La luna mora comenzaba temprana su balanceo sobre el cresterÃo de Guadarrama, cuando tomábamos de nuevo rumbo hacia Madrid cargados de una vivencia breve, intensa, al tiempo que absolutamente reveladora. El vehÃculo avanzaba sin convencimiento por la muy ancha autopista. Al fondo, el inmenso asfalto, encarnando un ayer de pronta caducidad; a nuestras espaldas enmarcado por los ocres del otoño, por la luz de la fe y la intensidad del coraje, el futuro. Obvia compartir a dónde querÃa volver el coche, a qué nos invita la Vida. La revelación a veces no son palabras, sino rincones llenos de belleza, tacto y responsabilidad. La revelación puede ser una sencilla sobremesa acompañada de un té fuerte y un testimonio poderoso, de esos capaces de noquearte en positivo y reajustar el rumbo de tus dÃas. Gracias de corazón José y Pili por representar tanta y tan clara revelación en medio de nuestros confusos y convulsos dÃas. ¡Dios bendiga tan acertado esfuerzo, tan noble empeño! www.tierrahabitada.org * Imagen tomada de la web "Tierra habitada", Cañinosa (Segovia) 5 de Noviembre de 2024 |
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