Nos estamos entrenando para escribir no tanto más, sino mejor. Escribir mejor es hacerlo desde lo más elevado de nosotros mismos. Cuando logramos tocar el alma, inevitablemente brota la belleza al reunirse nuestros dedos y el teclado. No importa que no vendas, lo que vale es al servicio de qué pones tu teclado, tu talento. Las ventas, mejor dicho la difusión, vendrá aunque el escaparate sea finalmente en otro tiempo, en otra dimensión, en otra geografÃa. La literatura cobra su pleno sentido cuando nos permite comprender y elevar la Vida. En realidad desde el momento en que cobramos un poco de conciencia estaremos siempre, a toda hora, en todo lugar, tratando de elevar la Vida con todas nuestras manos, con todos nuestros gestos, palabras y recursos. Cada dÃa le pido al teclado creaciones que rayen más alto, pero el teclado me insta a que sea yo el que ascienda, siempre en pos de lo más puro y luminoso. En la medida que me instalo más en el alma, las letras brotan más fáciles y brillantes. Asà pues, no creo tanto en el taller de literatura, sino en la arena infinita, en los imprescindibles desiertos interiores. Creo en el viaje que a cada quien nos aguarda en inevitable y resonante soledad, creo en la aventura interior que te regala páginas enteras de inspiración, retazos de superior belleza que después querrás mostrar al mundo, compartir con tus hermanos. * Imagen: En Soria, donde recientemente tertulié con un gran escritor. Nada más ni nada menos que con Don Gerardo Diego. No le pregunté nada, pero espero que no le haya incomodado esta publicidad en redes sociales... Artaza 22 de Noviembre de 2023 www.koldoaldai.org www.portaldorado.com |
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