Periodismo de conciencia | Crónicas de eventos de conciencia (península) | Varios | Viajes espirituales y solidarios

Rosana Piñera, la magia de los frasquistos sanadores

Hace años tuvo un sueño: hacer remedios con flores para sanar a la gente. Dice que sintió un amor enorme en ese anhelo. Hoy ese sueño se ha hecho realidad y hasta cabe en unos botecitos de cristal, frasquitos de plantas muy oportunos en medio de una Argentina carenciada.

Las fórmulas funcionaban y frasquitos y plantas le colocaron en medio de la escena, pero ella no sabe que hacer para esconderse. Reconoce que es parte del contrato, parte del sueño, pero ella lo que quisiera es seguir corriendo campos, perderse e inundarse cada mañana de aroma de flores.

En verdad que los frasquitos le complicaron la vida. Rosana lo que quisiera es retomar sus eternas conversaciones con sus grandes amigos, los “devas”, de las plantas y árboles. Pero se sabe llamada al mundo, por eso escribe libros, da conferencias, imparte talleres…

Es consciente del papel que está llamada a cumplir revelando la magia sanadora de las plantas. Sabe que no puede guardarse la ciencia que le han conferido, pues la humanidad urge de ella, por eso se calza sus zapatos de señora y se llega varias veces por semana a la capital. Poco a poco va asumiendo su roll público, por mas que a mí me haga batallar largo para sacarle unas fotos. Le deberé suplicar que sonría ante el objetivo, pues por el momento sólo rueda su sonrisa más espléndida por los campos.

Osa y calla en movimientos perfectamente medidos. Relata pero también guarda consciente de que aún no está en ley correr todo el velo. “Lo que hay en otros mundos a niveles espirituales es maravilloso. No se puede contar. No hay palabras, tampoco permiso”. Su voz es tímida, su temperamento retraído, pero su reserva llega como una orden definitiva. Tras presencia aparentemente frágil se esconde una mujer poderosa de principios espirituales muy firmes.

No soltará más prenda y uno tampoco la tentará. Ya bastante es lo que nos ha compartido en una cafetería bonaerense a lo largo de una tarde apasionante. “La flor es el medio más rápido que dispone lo Divino para mostrar a cualquier ser encarnado que hay un plano donde reina la belleza”, nos comparte esta argentina dedicada por entero a inundar el mundo de su sutil aroma.

Rosana está convencida de que las flores existen para glorificar la vida, de que son una de las más excelsas manifestaciones de la Divinidad. “Sólo por existir son armonizadoras y equilibradoras” y ella va detrás de su quintaesencia sanadora, la atrapa mediante el agua, la conserva mediante el alcohol y después explora la ciencia de la cantidad exacta adaptada a cada ser, a cada caso.

Le está vedado compartir las pequeñas recetas de los frasquitos, pero no la gran receta que ha movido su vida: recurrir al amor todos los días y recordar que el camino es uno mismo.

Cuándo le pregunto que le enseñó la planta en su primer diálogo, ella responde de inmediato, con una voz callada, pero convencida, rotunda: “La planta me enseñó el amor incondicional, el servicio. Ellas no piden nada a cambio. El reino vegetal es para ejemplo nuestro, es un reino paralelo que está para acompañar al hombre en su evolución. No es sólo un medio de alimentación, es un reino paralelo, una ayuda constante”.

Rosana prosigue sola, sin necesidad de preguntas, como propulsada por la necesidad de saldar una enorme deuda pendiente con el reino vegetal: “La planta y su más bella expresión, la flor, me muestran la forma más simple y cotidiana de lo Divino. Hay una misericordia superior que se expresa a través de las flores. Es una energía que posibilita la redención del hombre. La naturaleza tiende a acercar al hombre a lo Divino. Hemos pues de abrirnos a esa percepción, pues ello nos sana y libera. Solamente por existir, la flor abre la conciencia”.

Una necesidad, una planta
¿Cómo se manifiesta ese amor incondicional de las plantas?

Las plantas son la manifestación espontánea de una energía dévica. Hay un trabajo cotidiano de las plantas con el hombre. No estamos hablando sólo de su ingestión por medio del agua para fines terapéuticos. Se me ha dado la suerte de ver y sentir como las plantas y las flores trabajan diaria y arduamente a favor nuestro. No hay lugar donde no se exprese la flor. Vos dejás esa baldosa que se caiga y en veinte días ahí mismo habrá flores.

¿Qué significa ello?
Cuando hay una necesidad aparece la planta y además aparece rápido. Esas expresiones de la naturaleza encarnan un profundo mensaje de entrega incondicional. Las flores y las plantas trabajan duro por espiritualizar la materia. Son un canal entre el cielo y la tierra. La flor atrae y expande todo el tiempo una energía divina. Con las flores pasa igual que con el sol. No hay quien quede afuera de su irradiación. Si tomamos la flor con conciencia el trabajo es rápido y fructífero.

¿Cómo sintoniza Rosana con la planta?
El contacto mío con las plantas es directo, sin preámbulos. Hay una sintonización previa y comienza la comunicación. Me sintonizo con la especie, a menudo sin necesidad de tomarla.

¿Para Rosana las flores son, por lo tanto, algo más que un bello adorno?
Hay que ir más allá del trabajo emocional con las flores. Hemos de desarrollar una labor que implique un impulso evolutivo. No se trata sólo de estar bien y cómodos. Trato de trasmitir ese impulso empezando por mí misma.

Las plantas se nos presentan como una medicina muy inocua. Son también una posibilidad de trabajo interno. La ingesta de flores posibilita el autoconocimiento y el descubrimiento de la propia enfermedad y dolencia. Permite que una persona se abra en mayor conciencia.
Sanar y expandir la conciencia es lo mismo. Cada uno de nosotros hemos de despertar a determinadas realidades, por eso también tenemos cada uno determinados problemas o desequilibrios. La enfermedad es sólo un llamado de atención.

¿Cómo es el proceso de confección de elixires?
Se hacen con agua y alcohol. El agua tiene posibilidad de generar bacterias, pues tienen polen, néctar… partes de flores. Se filtran pero quedan restos.

El alcohol conserva el agua. El agua es el “casset” donde imprime la flor su energía y vibración. El alcohol fija, impide que el agua se descomponga.

¿Nos puedes explicar esa máxima tuya de dónde está la necesidad está la flor?
En tu propio jardín, en la maceta de tu propio balcón crecerá la flor que te va ayudar a expandir tu conciencia. Eso es maravilloso. Esto es un descubrimiento que cada ser humano puede hacer por sí mismo.

¿Por qué a mí me ha crecido este “yuyito”(planta medicinal) en mi maceta, en mi jardín? Todo ser humano tiene la posibilidad de intercambiar energía con una especie vegetal concreta que equilibra sus deficiencias. Las flores sirven para montones de cosas, pero tienen la ventaja de ser específicas en determinados aspectos. Cada quien se identifica con una flor por una razón bien determinada. Hay una conexión profunda entre la especie vegetal y la persona que se siente por ella atraída. El nivel evolutivo del hombre necesita un tipo determinado de flores y plantas. En la medida en que el hombre se espiritualiza y eleva , las plantas también se van refinando, así como la energía que emiten.

Toda planta sana
¿Las plagas de plantas también serían necesarias?

Lo que los biólogos llaman plagas, no son sino una manifestación dévica espontánea. Ocurre cuando una especie se empieza a manifestar y no para. En Argentina tenemos el caso de la Madreselva. Al venir de otro país no tiene predador natural, bicho o planta que la mata.

¿Por qué abunda entonces la madreselva en Argentina?
La Madreselva cura la nostalgia. Muchas de las personas que viven ene este país sufren de nostalgia, porque no tienen un buen arraigo. Todas esas personas no saben que tienen que tomar Madreselva, que está absolutamente por todas partes.

¿Por qué esta eclosión de las terapias florales en nuestros días?
La difusión de la terapia de esencias o elixires florales responde a la gran necesidad planetaria momentánea. Se prioriza llevarlas a su forma de remedio floral porque hay necesidades y desarmonías colectivas no cubiertas.

Cuando el hombre comience a desarraigarse del materialismo y deje de vivir para poseer objetos y lo haga para Ser, comprenderá a los otros reinos de la naturaleza, los verá con otros ojos y sabrá por qué existen. Cada vez más las flores serán aliadas en el camino del crecimiento interior y los remedios florales serán de uso corriente.

¿Cómo comenzó su idilio?
Yo tenía esta facultad innata de contacto interno con las plantas y flores que la redescubro en la edad adulta. Comunicarme con ellas era tan sencillo como respirar. La cuestión era encontrar para que servía ese contacto tan profundo y directo, ese percibir y sentir directamente a la planta. Vino gente después que me explicó lo que para mí aún no tenía nombre alguno. Me dijeron: “esto es una energía dévica, estos se llaman elementales…”

¿Te tocó entonces ir al encuentro con la gente?
Para una persona introvertida como yo, fue un sufrimiento tener que comenzar a dar conferencias. La decisión de difundir mi trabajo me trajo una profunda crisis. Fue debido a mi carácter retraído. Yo sé que una persona extrovertida habría ido bailando.

¿Todas las plantas sanan?
Así es. Al ingerirlas nos volvemos un poco más flor, más sensibles y armoniosos, más bellos y más capaces de irradiar y aumentar nuestras virtudes.

Todas las plantas son sanadoras, incluso las denominadas venenosas. La dosis se diluye homeopáticamente en el elixir y desaparece el veneno. Por poner un gráfico ejemplo: la propia flor del tabaco sirve para dejar de fumar. Hemos de hacer buena propaganda a esta flor que ha sido tan desprestigiada. El hombre creó los cigarillos y con ellos la adicción. El tabaco en elixir es el mejor método par dejar de fumar, siempre y cuando el paciente abrigue auténtico deseo de abandonar el vicio. Al igual que el tabaco hay otras plantas que curan adicciones.

¿Y las alucinógenas?
Utilizo el elixir de la amapola pequeñita para el insomnio y la diabetes y para recordar los sueños. En las dosis de nuestros elixires ninguna planta es alucinógena o demasiado fuerte. Las personas recurren a estas plantas por el deseo de crearse un estado alterado. Lo grave del asunto es que algunos no pueden volver.

Lo que se ha hecho con el tabaco y con todas las drogas alucinógenas es un problema humano. Es debido a una falta de creación e imaginación que se fomentan estos estados.
Cada planta tiene una finalidad muy específica, sin embargo ella no tiene responsabilidad, si es utilizada para otro objetivo. Yo personalmente necesito más plantas que me vuelvan a tierra, no que me empujen en el vuelo.

¿Vuela mucho entonces Rosana?
Sí, demasiado. Yo también, como ellas, necesito echar raíces.

Exacta medida
¿Cómo desarrolla Rosana su trabajo?

Hago el trabajo primario de campo y de confección de los elixires, pero después necesito interactuar con los terapeutas. Mi trabajo termina cuando el terapeuta me comparte, los resultados de su labor, cuando me hace saber que el paciente equilibró tal deficiencia en tantos días. Hacemos reuniones en las que cada terapeuta aporta los datos más precisos posibles sobre cantidades y tiempos en los que el paciente equilibró su enfermedad. Así el trabajo se completa.

¿Qué tipo de resultados están obteniendo?
Las flores no sólo curan, también elevan. El trabajo con las flores es humilde y silencioso, al igual que ellas. En cuanto a los resultados, recientemente hemos tenido un caso de un paciente que llegó a la consulta y le dijeron que debía de trasplantarse el hígado, dado el lamentable estado en el que éste se encontraba. El terapeuta le dio los elixires y en tres meses, con el tratamiento floral y una dieta, el hígado llega a estar en el nivel de un órgano que funciona con normalidad.

Hemos tenido también personas con problemas graves de reumatismo, que después han terminado caminando. Con el tiempo vamos a tener un peso tal como el que tiene hoy la homeopatía.

¿Qué muestra Rosana a sus alumnos?
Les facilito los preparados y les muestro cómo se utilizan, cómo se diluyen, qué cantidades hay que aplicar según el desequilibrio de cada paciente. Hay siempre una dilución precisa, una cantidad de gotitas exactas para un determinado mal. De cualquier forma animo a dejarse guiar por la intuición del momento, por las circunstancias de la enfermedad, por el propio enfermo… y así salir también de un conocimiento esquemático.

Cómo has descubierto esta ciencia floral?
No hay ningún lugar donde se pueda aprender esta ciencia floral. Yo tenía esta facultad innata de comunicación con las plantas y me apliqué en ello. De chiquita en mi casa pensaban que estaba loca porque me ponía a hablar sola con las plantas.

Ya de adulta, vi la posibilidad de prestar un servicio a través de esos conocimientos. Fui descubriendo que debía de utilizar para el bien de la humanidad ese don innato del que había sido investida. Una vez que me predispuse al trabajo y al servicio al prójimo he sido guiada.
Externamente he podido estudiar otro tipo de valiosas técnicas, Pegasus, Bach…, pero internamente fui orientada a seguir mi propio camino particular.

Ordenando la información
¿Nos podrías revelar de quién te ha venido esa información?

Toda esta información me ha sido facilitada directamente por unos seres denominados “devas”. Son los constructores del mundo vegetal. Las especies dévicas me han ido facilitando conocimientos de un total de 154 flores, así como de la confección de sus elixires. Sobre cada flor me han informado de qué manera influye en el plano físico, emocional y mental. En un comienzo me resistí también a trasladar al papel toda esa información, pero, consciente de la ayuda que podía suponer, poco a poco fui alumbrando el libro “Elixires florales”.

¿Por qué te ha supuesto el libro tan dura prueba?
Para mi ha sido un desafío de arduo trabajo interno. Todo contacto astral tiene también sus desventajas, pues trae sus desequilibrios energéticos. Hay que equilibrar ese exceso de sensitividad que proporciona un contacto continuo y así permanecer entera.

En determinados momentos he tenido que relegar el trabajo, esperando que este vehículo corporal mío se perfeccionara y se hiciera menos vulnerable. En el libro he tratado que el contenido fuera lo más fiel posible al mensaje emanado de los devas, a pesar de las imperfecciones del canal humano.

¿Cómo se portan los humanos con las plantas?
Es preciso respetar lo que es. No hemos de interferir. No podemos sacar una planta o una árbol de donde está, por poner el ejemplo de la reforestación. No podemos arrancar o trasladar a los árboles sin una razón superior.

Calla la grabadora, pero seguimos hablando largo de devas y genios, de las diferentes gamas de terapias que podemos encontrara en nuestros días, de la evolución experimentada por la terapia floral desde Edward Bach, de las plantas que componen su “set” particular…

“Nosotros tenemos una pequeña chispa de intención de amor. Las plantas son amor absoluto”, me suelta como despedida esta mujer que ha puesto al alcance de muchos argentinos un medio bien económico de afrontar sus dolencias y enfermedades. En realidad Rosana Piñera es más que un completo sistema floral, es una voz, suave pero valiente, clamando por volvernos a reunir con el reino vegetal, un llamado urgente para impregnarnos de su amor y magia que recién comenzamos a descubrir

¡Alo, alo, Rosana… llamado de auxilio!
La información de los devas le llega a Rosana telepáticamente, de forma, rápida espontánea. Son ideas que después ella trata de plasmar en palabras.

Esta información es en ocasiones un verdadero pedido de auxilio. Cuando se está depredando un lugar ella no tiene conocimiento de esa expoliación, pero recibe internamente la información: “Me piden que ore, que sintonice a un determinado grupo de árboles, que les mande luz. Ahí hay un trabajo mental y telepático muy importante. Imagínate a cantidades de seres que se les está desalojando de sus lugares y al mismo tiempo no se les da un lugar alternativo”.

Rosana subraya que de todas formas el reino vegetal nunca abriga resentimiento: “En un caso semejante, en un grupo humano el resentimiento sería terrible. Las plantas y árboles gozan de una comprensión absoluta. Hay incluso una cierta comprensión por el desequilibrio medioambiental que se está generando, pues ellos ven que todo es debido a una gran ignorancia. El vibrar en el amor les permite ver esa inconsciencia y perdonarla. No están enojados, no hay venganza. Es un gran aprendizaje para nosotros. En esos reinos han superado ya ‘el que me la hace me la paga’”

Elementales, genio y devas
Según nos relata Rosana los elementales son los seres que trabajan al servicio de cada uno de los reinos existentes. Cada elemento, fuego, aire, agua y tierra, tiene sus propios elementales.
El genio de un árbol vendría a ser su “elemental”. Es la energía que persiste y reencarna en el mismo árbol. Hace por supuesto su trabajo de curación y armonización.

En un escalafón evolutivo superior encontraríamos a los devas o regentes dévicos con los que concretamente se contacta Rosana. Estos son seres de luz que “fijan” a las especies vegetales en el planeta. Ellos posibilitan que exista todo lo que tiene que ver con lo vegetal entre nosotros. Son quienes dirigen a los elementales de la naturaleza. Los elementales de las plantas no tienen libre albedrío y se dejan guiar. Estos regentes dévicos se rigen por patrones arquetípicos, lo que en los animales llamaríamos instinto de conservación.

Siempre según nuestra interlocutora, los devas estarían al servicio del Plan Superior o Divino de la tierra. Ellos responden a las formas que han de ser construidas. No hacen lo que les parece, sino lo que deben. Podemos también ver a los devas como una categoría de ángeles.
Aparecen especies nuevas todo el tiempo. Los devas las diseñan de acuerdo a las nuevas necesidades planetarias. Las necesidad del hombre varía en función de su cada vez más acelerada evolución. Así es como los devas implementan unas especies y “caducan” otras.


Koldo

 
   |<  <<    >>  >|
NUEVO COMENTARIO SERVICIO DE AVISOS

 
  LISTA DE COMENTARIOS