El fresno de la paz

Atardecer de la víspera de San Juan, plaza principal de Donostia. Un árbol, un fuego y hombres y mujeres, responsables municipales de diferentes ideologías, que hasta hace muy poco confrontaron duramente, ayer tomados de la mano y compartiendo un mismo círculo, un mismo baile ritual, la “Gizon dantza”.

El “txistu” de la esperanza ha horadado los siglos. El ritual se manifiesta hoy con toda su carga liberadora de angustias. Las tradiciones de ayer son las que nos han unido hoy. Ellas nos han acercado a la generosa llama de una nueva e incipiente concordia. Somos fieles al legado de nuestros antepasados. Aquí nos tomamos de la mano y juntos danzamos, aquí se ha iniciado por fin un nuevo y definitivo tiempo. Son muchos años, muchos sudores, demasiado dolor, demasiada sangre hasta ese círculo ancho dibujado por fin en los adoquines del presente.

Que cada quien cumpla su parte, que nadie ose quebrar la esperanza que ayer tan vivamente se expresó en el corazón de la parte vieja de nuestra ciudad. Que el fuego que ayer solemne se alzó en la plaza de la Constitución, contribuya a calcinar las discordias del pasado y alumbre la nueva era de armonía y de paz que tanto tiempo hemos anhelado. Corra la noticia, vuele la buena nueva. Aquí ya nunca más, nadie privará de aliento al hermano por pensar diferente.

Gracias a todos los/as políticos/as de todos los colores, que ayer en nuestra ciudad se tomaron de la mano. Eskerrik asko bihotzez!

 
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