Lenta, la paz avanza. A veces renqueante la conciencia de paz, el espíritu de compartir y cooperar, progresa en los hogares, en las escuelas, en las universidades, en los barrios y localidades... Hay cada vez más almas decididas a inaugurar un futuro definitivamente diferente fundamentado en la armonía y solidaridad humanas. Estamos llamados a impulsar esa ingente apuesta colectiva, por más que conquiste menos titulares en la Red. Tenemos un deber para con ese esfuerzo global que brota esperanzado de cientos de millones de corazones.
No debiéramos lanzar por "you tube" la frivolidad de que ya ha comenzado una nueva Guerra Mundial. La búsqueda de titulares no debiera tumbar nuestros principios y compromisos, nuestro deber de ser agentes de paz, pilares de serenidad sobre todo en la hora de la confusión y el desaosiego.
La paz también será incluso en la tan castigada Ucrania. Más pronto que tarde los jóvenes ucranianos dejarán de ir a morir por arrebatar a los rusos unos metros de tierra. Los frentes se han estancado ya hace mucho tiempo. Ucrania se convencerá de que no puede recuperar de momento el territorio tan injustamente arrebatado, si no es con el altísimo coste que ya está pagando. Cada vez más voces se alzan para ceder el 18% del territorio y acabar con el martirio. Nuevas generaciones de rusos vendrán con nuevos corazones sin el lastre y el blindaje de sus mayores, con nueva conciencia de paz y solidaridad y entonces dará ya lo mismo nacer a uno u otro lado de una ya ficticia frontera.
La paz será en Ucrania, en Libia, en Nigeria, en Acerbayán, en Yemen…, pero supone esfuerzo persuadido y constante, supone seguir cantándola un día sí y al otro también, por todas las redes y medios a nuestro alcance.
Artaza 27 de Septiembre de 2023 |
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