“Vuelen alto, hasta que el cielo
sea pequeño para Vds.”

Entrevista con Jaime Jaramillo  
Murió por una caja de muñeca vacía. Caminando por las calles de Bogotá en el año 1973, Jaime Jaramillo presenció a unos metros suyo la muerte de una niña en la carretera. La criatura, hija de las alcantarillas, había corrido a tomar en sus manos la caja de una muñeca que se había caído de un “carro”. Instantes antes de ser aplastada por las ruedas de un camión, la niña le había lanzado a Jaime Jaramillo una fugaz mirada de alegría por el hallazgo. Hay instantes que cambian vidas. Aquella mirada fugaz dirigida a Jaime, bastó para girar los días del brillante ingeniero geofísico y de petróleos. En el momento en que éste se dio cuenta de que una niña podía morir por el simple envoltorio vacío de una muñeca, entendió cuál era su misión en este mundo.

Con todo el frío del alma, con todo el dolor que un hombre puede encerrar en su corazón, compró cien regalos de a peso y salió a repartirlos a los niños de la calle. Así empezó la labor de lo que hoy en día constituye la Fundación “Niños de los Andes”. Recorren la ciudad para ayudar a los niños de la calle a sanar las heridas del alma y darles una luz de esperanza. Por sus establecimientos han pasado ya 55.000 criaturas camino de una vida infinitamente más digna.

En aquel atropello arrancó la labor solidaria de Papá Jaime que no se ha detenido hasta el momento. Entonces es cuando agarró linterna y empezó a descender a las inmundas cloacas, a rescatar a los niños de la oscuridad cargándolos literalmente en sus espaldas. Tal como él afirma satisfecho: “De vivir en la calle, entre ratas y excrementos, abandonados, sin ilusiones y llevados por la droga, les hemos dado el mejor regalo que se le puede dar a un ser humano: les hemos ayudado a redescubrir su vida y a hallar la paz interior y el amor en su corazón. ¿Qué han hecho después estos niños? Han compartido esa paz, ese amor y han dejado huella”.

Jaime Jaramillo estuvo en el Forum Humano Europeo celebrado en noviembre pasado en Barcelona. En el encuentro de ese amplio movimiento que lidera Deepak Chopra, no dejó a nadie impasible. Frases suyas como: “Siempre hay luz al final del túnel, si tienes el coraje de buscarla”, “Ni tus peores enemigos te pueden hacer tanto daño como tus propios pensamientos”, “El verdadero amor es un arte divino que te libera, mientras que el apego te encarcela y te hace sufrir” o “El favor más grande que podemos hacer no es compartir nuestra riqueza, sino ayudar a los demás a descubrir la suya”…, resuenan aún en los oídos de muchos de los allí presentes.

A lo largo de aquella conferencia ilustrada, nos fue presentando a los diferentes chavales de la calle que han renacido a la vida y a la esperanza:

“Estoy luchando desde antes de nacer. Yo no fui fruto del amor, fui el resultado de la violencia… A mi madre la querían sin hijos. Ella me alimentaba de su sangre, de su esfuerzo. Desde entonces yo ya sentía el rechazo y la marginación.

Mi música, el ruido de los buses. Mi dieta bien balanceada, dependía de la basura. Mi cobija era el periódico que hablaba de justicia y de paz. Comprendí que para comer tenía que robar y para robar me tenia que drogar. Papá y mamá eran palabras agudas y su ausencia era tan grave. Mi frío era más de adentro…” declaraciones como éstas acompañadas de imágenes sacudieron a los asistentes.

La oscuridad de la sala escondía las mejillas mojadas del público al contemplar el audiovisual que el colombiano nos presentaba. En esas imágenes le vimos bajar feliz a las catacumbas más lúgubres y sacar a la luz a los niños de la noche.

La conferencia que acababa de impartir en el marco del Forum impactó. Concluida ésta se agolpó a su alrededor una nube de personas. Entre la gente que le abordaba pudimos escuchar palabras del estilo de: “Ahora voy a luchar por mis sueños.” “Yo hasta ahora estaba dormido.” “Ahora voy a hacer más por los demás.” Quienes se le acercaban, deseaban prestarle a Jaime ayuda en lo que podían, cada quien le ofrecía lo que tenía. Hicimos fila hasta que por fin llegamos a este hombre pletórico de fuerza y entusiasmo, colmado de ganas de servir a los más pequeños, a los últimos de la tierra.

La comunicación ha sido base en el progreso de su proyecto solidario. Está seguro en sus respuestas. El discurso aprendido, a fuerza de compartirlo con tantos medios, no merma para nada fuerza y sentimiento.


¿Qué ha aprendido Jaime cabalgando la noche de Bogotá?
Que siempre hay una luz al final del túnel. Hay que disfrutar cada instante, cada momento que la vida nos da. Mañana puede ser demasiado tarde para comprender que pequeñas cosas, instantes de gestos solidarios, podían ser los más grandes y quizás los hayas perdido...

… y de los hijos de la oscuridad, ¿qué has aprendido?
Los niños me han enseñado la capacidad de luchar, la innovación, la creatividad..., esa tenacidad que han desarrollado para sobrevivir.

¿De dónde saca Jaime la fuerza para emprender un empeño solidario de esas dimensiones?
La fuerza emana de tu propio corazón, cuando cierras la ventana al exterior y miras a tu propio corazón. Si no estás bien adentro, no puedes dar a nadie. Primero has de estar bien contigo mismo, emanar paz y alegría, para después poder dar. La rosa emana libremente su fragancia. De la misma forma, nuestro corazón ha de emanar libremente el amor, el servicio, la solidaridad… Todo ello sin esperar recibir nada a cambio.

¿Cuáles son tus referentes en tu camino espiritual? ¿Has abrevado de alguna tradición en concreto?
He tenido la suerte de poder trabajar con los grandes maestros en la India y Tíbet: Sathya Baba, Osho, Amma…, pero también en el encuentro con cada ser humano, he extraído de él lo mejor que he podido. En realidad la verdad es sólo una: El amor y la paz interior están en tu corazón, la felicidad no está fuera.

Hemos venido al mundo con una misión: amar, perdonar y servir. Hemos de amar sin condicionamientos, porque cuando lo hacemos con condiciones, eso ya no es amor; es apego, conflicto interno, ansiedad, frustración, o incluso celos. Hemos de aprender a perdonar, compartir y servir amorosamente…

“Ama y haz lo que quieras” que nos enseñara San Agustín…
Efectivamente, cuando amas, perdonas y sirves, puedes vivir el momento mágico en el que tu mente se aclara y tu corazón rebosa de alegría. Tu Espíritu abre las alas y vuelas bien alto. Entonces puedes comprender cuál es tu misión y a qué has venido a este mundo: ser feliz gozando plenamente el aquí y el ahora, disfrutando intensamente cada instante que la vida nos proporciona.

Nuestro gran desafío es por lo tanto encontrar el amor en lo que hacemos. Ama lo que haces y haz lo que amas. Cuando amas lo que haces, disfrutas plenamente del presente, ya sea un simple atardecer, la sonrisa de un niño, el abrazo de un anciano… Ahí puedes encontrar el “nirvana”, la plena felicidad o como lo quieras llamar.

¿Qué proyectos alberga Papá Jaime?
Ya han pasado por nuestros hogares 55.000 niños que estaban tocados por la droga y el vicio. Tratamos de que cada niña o niño que ayudamos, encuentre su propio amor y paz interior y ayude a otros y así poder crecer, trascender y dejar huella.

¿Proyectos como Fundación?
Rescatar más niños, proporcionarles más empleos. Por lo demás, proyectos no nos faltan. Por ejemplo “Brochazos de amor”, una campaña en la que actualmente estamos implicados para realizar murales de pintura en las casas de las barriadas humildes. A día de hoy ya llevamos pintadas más de 20.000 casas. Abrigamos también proyectos de asistencia en hospitales, de lucha contra el maltrato infantil, de ayuda a la autosuficiencia de las familias. Otro gran proyecto que nos motiva mucho es el de la creación de una aldea autosuficiente en la que haya niños, ancianos, discapacitados, desplazados…, todos viviendo en una misma comunidad que se autoabastezca.

¿Y a nivel más personal?
A nivel personal, seguiré trabajando en la escuela de liderazgo “Papá Jaime”. Seguiré sembrando ilusión y esperanza. Con la escuela pretendo que la gente sea más feliz de lo que ha sido hasta hoy, que encuentren el amor y la paz en su corazón y la compartan con los demás.

¿Que recuerdo tiene de la Madre Teresa de Calcuta?
Una mujer muy dulce y muy tierna, con una capacidad de servir muy grande. De cada ser humano uno aprende mucho.

¿Qué representa para ti un líder?
Líder no es el que asciende. Ascender puede hacerlo cualquier persona. Una vez que alcanza el poder, puede aplastar conciencias y dañar. Puede robar, manipular y extorsionar. A nivel de grandes líderes estas actitudes pueden ser gravemente perjudiciales para el conjunto de la sociedad. Para mí eso no es un líder, poco tiene que ver con el auténtico liderazgo.

El verdadero líder es el que, cuando está ascendiendo, arrastra a otros en su ascenso, inspira y motiva a éstos a que ayuden a otros. Por lo tanto no sólo asciende, sino que trasciende y deja huella. El líder no puede ir, ni muy adelante, ni muy atrás. Tiene que ir con los suyos, mano a mano, corazón con corazón, inspirando y motivando al otro en sus sueños. El líder dirá a quien le acompaña: “Sueña, ten ilusiones, da lo mejor de ti..., pero siempre con los pies en la tierra”. Ahí es donde está la fuerza.

¿Para trabajar en el servicio, hay que trabajar primero en el ser?
Primero tienes que ser, luego hacer y finalmente tener. Ser, hacer y tener, lo contrario es antinatural. Normalmente es al revés: primero tengo, luego hago y luego soy. La gente se vuelve loca por tener. La mayoría de los humanos malgastan su tiempo en buscar tener. Desean impresionar a los demás, ser alabados, reconocidos. Sin embargo no debiera ser así. Primero soy, experimento la paz, el amor, luego hago y luego tengo.

Eterna seducción del tener…
La vida es algo maravilloso llena de magia, aventura, innovación alegría y sin embargo puede pasar por al lado, sin enterarnos si nos volcamos en el tener. Al final de los días nos preguntaremos por qué no disfruté, por qué no busqué nuevas oportunidades, por qué no vencí mis miedos… Buscando impresionar, podemos olvidarnos de vivir.

¿Jaime Jaramillo representa una constante invitación a soñar?
Sí, pero insito a la gente: “No sueñes cincuenta años, sueña un mes, sueña un año a lo sumo…” Hay que ponerle alas a la imaginación y a la creatividad. Ponle tren de aterrizaje a tus sueños. La clave es la acción inmediata. No podemos abrigar el sueño de ayudar a mil. Podemos tener el sueño de ayudar a uno, pero es preciso ayudarle hoy, no mañana. Si puedes ayudar, no lo dejes para más tarde. Para aquella persona que has decidido darle tu mano, tu cariño, tu comprensión, tu apoyo…, tú eres su mundo, su universo, tú eres lo más importante.

¿Qué representa para ti la espiritualidad?
Espiritualidad no es necesariamente ir a la Iglesia, rezar el rosario o darse golpes de pecho. Tampoco pasa forzosamente por viajar al Tíbet y asistir al proceso de las cuarenta noches en silencio… Espiritualidad es cuando no hay perturbación. Tú no le das a nada, ni nadie el poder de perturbarte. Espiritualidad es cuando no hay sufrimiento, no hay angustia interior. No es una meta, es un camino. Estás en el espíritu, estás en el amor. No le das a nadie la facultad de que te haga daño. No delegas. Mal físico te podrán hacer, pero no emocional, ni espiritual.

La espiritualidad te da la garantía de que si te caes o te duermes, te puedes despertar nuevamente y regresar a tu zona de conciencia. Si tú estás bien, si estás tranquilo, consciente, sereno…, puedes dar todo; pero si tú das esperando recibir, ya no estás dando, estás prestando. Tal como hoy está la situación, nadie te paga, luego mejor no prestes.

¿Cuando arrancó tu vida interior?
Cuando era pequeño uno de los castigos era que nos llevaban al bosque. Nos decían que allí estaba el coco. Sin embargo en el bosque yo encontraba paz. Me sentaba encima de un árbol a esperar a que pasara el tiempo. En una de esas me desdoblé, sentí una intensa luz. Algo pasó y desde entonces comencé a buscar. Un amigo me recomendó la lectura de Losang Rampa. Desde entonces no paré de explorar.

¿Qué representa para ti el servicio?
El servicio es la consecuencia de la espiritualidad. Es el final. En el silencio te autoevalúas, meditas, te observas, te liberas de las cadenas que te amarran. Una vez que alcanzas un estado de conciencia superior, entras en una paz interior y redescubres tu vida, encuentras el gran regalo que se halla en tu corazón. Esa riqueza no es otra que el verdadero amor. Al hallar ese genuino amor, se derrama.

¿…luego el servicio no se puede enseñar?
Se puede inspirar para que despierte, pero sale espontáneamente de tu corazón. El servicio no se puede enseñar, no es de motivación. Emana del interior libremente, no hay que forzarlo para nada.

¿Espiritualidad y solidaridad son sinónimos?
Espiritualidad y solidaridad son magia, son amor. Ambas están conectadas. A través de la espiritualidad, nos conectamos con nuestra fuente, con nuestro corazón y de tu corazón emana el amor, emana esa fragancia excelsa a todos los que nos rodean que se llama solidaridad. La solidaridad es por lo tanto la fragancia sutil del amor. Das sin esperar nada a cambio, al igual que una rosa suelta, emana una fragancia y tú la hueles, la sientes, pero no la ves. Si no hay amor, si no hay paz en nuestro corazón, no hay servicio, no estamos dando.

”El verdadero amor, no duele”, insistes en tus libros y seminarios… ¿Cómo llegaste a esa conclusión?
Tan pronto como conocí mi primera novia, me sobrevino el miedo, los celos, el dolor... Por suerte me di cuenta de que estaba instalado fuera de mi ser. El verdadero amor no puede ser causa de sufrimiento. Ya entonces intenté responder a la pregunta de por qué el amor a veces duele. Allí comenzó mi búsqueda espiritual. Si tienes dolor o angustias estás en el estado de inconsciencia del ego.

“Te amo, pero soy feliz sin ti” reza el título de tu último libro de desarrollo personal. ¿Nos puedes explicar un poco ese título?
Escribí este libro porque nos han programado para depositar nuestra felicidad en el exterior: Cuando tú depositas tu felicidad en el exterior, en un ser humano, si ese ser humano se muere, te abandona, te es infiel, o no hace lo que tú esperas que ella haga; o bien pierdes la fuente de tu poder material, ya sea tu dinero, tu prestigio, tu reputación…, eliges inconscientemente sufrir. Nos han programado para depender, para ser dependientes emocionales, afectivos, materiales y depositar la felicidad en ese exterior. Por eso sufrimos, nos desgastamos y entramos en una depresión que a veces puede ser bien salvaje.

¿Podemos ser felices lejos de la persona amada?
¡Claro! No necesitamos nada, ni a nadie para ser feliz. Nos han educado para ser vampiros emocionales: “¡Sin ti me corto las venas!”, “¡Sin ti la vida no tiene sentido!” “¡Si te vas me muero!” Nuestros boleros, nuestros tangos no salen de esos sentimientos: “¡Tú eres todo para mí!”, “¡Sin ti no puedo vivir!”… Pero todo eso es basura. Por eso sufrimos. Nos volvieron dependientes. Tenemos desde pequeñitos miedo a la soledad.

Para que los niños no estén solos, los padres les prenden un televisor absurdo con una frecuencia electromagnética salvaje. Les acuestan viendo toda la miseria que entra por la pantalla. Toda la paranoia de muertos, de secuestros, de violaciones… se la meten a un bebé de un año. Así día y noche.

¿Qué está ocurriendo en Colombia, que están aflorando allí tantos guías y maestros, tantos líderes cono tú, como Ingrid Betancourt, como Jorge Carvajal…? ¿A qué se debe esta sincronía?
Colombia ha recibido tantos golpes que todo ello está impactando en la conciencia colectiva. La gente se está dando cuenta de que hay que luchar, que merece la pena trabajar por los demás. La gente se está dando cuenta de que no estaba todo perdido, de que hay esperanza, de que hay amor. La crisis está proporcionando una oportunidad de evolucionar. Poco a poco se va creando e irradiando una conciencia colectiva. Colombia está viviendo su primavera.

¿Qué te llevas de España?
Me encantó ver en el Foro a la gente dispuesta a luchar por sus sueños. Un corazón que se toque, es un amor que se transforma. Disfruté observando la cantidad de corazones que se fueron abriendo y comenzaron nuevamente a luchar por sus sueños.

¿Quieres compartir tu consigna preferida con nuestros lectores…?
¡Nunca, nunca jamás dejen de luchar! ¡Que le pongan alas a esa imaginación y a esa creatividad y tren de aterrizaje a esos sueños, y volarán tan alto que el Cielo se hará pequeño para Vds!

 
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