La adición a la mensajería inmediata la necesitamos para la mensajería eterna. Antes que quitar “el avión” al móvil, podríamos despojarnos de la pereza, remontar la azotea, o lo que es lo mismo remontar a la cima de nosotros mismos, sentir la caricia de los primeros rayos, tratar de interpretar su vital mensaje. El sol nos envía sublimes misivas de amor y de vida cada mañana y sin embargo nosotros volcamos nuestra atención en una diminuta pantalla. Facebook, telegram, whasap no nos traen cada día mejores buenas nuevas que el sol, los pájaros y las estrellas, sin embargo les damos un atención preferente. Los "gigantes de la comunicación" deberían guardar paciente y obediente cola. |