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FIRMAR LA PAZ

La nieve lleva toda la mañana intentando blanquear el encinar, pero por mi manos corre feliz el agua caliente. Cocino para un grupo de valientes ciclistas. Sólo unas gruesas ruedas podrán con el blanco sobre el asfalto. Cada plato, cada vaso no puede ser sino oración. Hoy hace dos años que empezó el estruendo, por lo que cada vasija limpia deviene silente clamor de paz.

Ayer líderes europeos desembarcaron ateridos de frío en Kiev para visualizar incondicional apoyo a Zelenski. Estaremos siempre con la Unión Europeo, con este espacio de derechos humanos y solidaridad transnacional que felizmente hemos alcanzado tras tanta confrontación y sangre. Sin embargo ya no estamos con su apoyo a esta guerra imposible. No tiene sentido sumar más muertos a pie de unas trincheras inamovibles. Hay muchos inviernos, pero, a estas alturas, todos debieran tener agua caliente corriendo por sus manos.

La guerra debe parar. Ucrania debe firmar la paz con Putin. A veces hay que dejar a las nuevas generaciones que vayan poco a poco apartando del poder a la fuerzas más oscuras. No más jóvenes ucranianos dejando su vida sobre el manto blanco por unos metros de tierra. Venga toda la nieve, blanquee todos los encinares, pero ya no sorprenda a nadie dejando la vida a cambio de nada, en trueque de helado silencio, sin ya una superior causa a la que donarse.

* Imagen de la Sierra de Urbasa. Saqué la foro en un invierno pasado.

Artaza 24 de Febrero de 2024

 
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